Claves a tener en cuenta para no perderte en el proceso
Separarse cuando hay hijos pequeños puede sentirse como entrar en un terreno nuevo, lleno de decisiones importantes y con emociones a flor de piel.
Muchos padres y madres se encuentran en esta situación sin saber por dónde empezar: ¿Es necesario si o si pasar por un juzgado? ¿Nos conviene firmar algo? ¿Cómo se organizan las cosas mientras tanto?

En este post te comparto algunos puntos clave para que sepas qué mirar primero y cuándo conviene buscar orientación legal personalizada.
1. Divorcio no siempre es igual a conflicto
Separarse legalmente no siempre implica un juicio, en el sentido tradicional de la palabra (litigio, conflicto, una parte contra otra). Hoy existen opciones como el divorcio por presentación conjunta, donde ambas partes acuerdan las condiciones previamente y se presenta todo ante un juzgado para su aprobación.
Pero hay casos donde no hay acuerdo (o hay riesgo para los chicos), y ahí el proceso judicial completo puede ser necesario para resguardarlos.
En ambos casos si hay hijos menores, el juez debe revisar ciertos aspectos sí o sí, para proteger sus derechos.
2. ¿Qué temas hay que definir sí o sí cuando hay hijos?
En una separación con hijas o hijos pequeños, el acuerdo (también llamado “propuesta reguladora”) debería contemplar al menos:
– Cómo se va a organizar el cuidado y la responsabilidad parental
– Dónde van a vivir los chicos/as (residencia habitual)
– Cómo será el régimen de comunicación con el otro progenitor
– Qué se acuerda sobre la manutención y cotidianeidad de los chicos/as (alimentos, salud, educación, gastos extras)

3. ¿Y mientras tanto, cómo nos organizamos?
Mientras se avanza con lo legal, muchas familias acuerdan una organización “provisoria” que se sostiene en base al diálogo. Se pueden poner por escrito informalmente los acuerdos o pautas mínimas a las que lleguen para actuar en claridad en esta etapa.
Sin embargo, siempre recomiendo asesorarse desde un principio, incluso cuando hay una separación en buenos términos para partir de información confiable y adecuada, ajustar expectativas y promover acuerdos que sean equitativos para las partes.
4. ¿Y si tenemos bienes o patrimonio en común?
Otra parte importante del proceso de separación es decidir qué va a pasar con los bienes adquiridos durante la convivencia o el matrimonio.
Esto incluye inmuebles, autos, ahorros, cuentas bancarias, deudas, entre otros.
Aunque muchas veces se piensa que esto se resuelve junto con lo de los hijos, en realidad son cuestiones diferentes:
Las decisiones sobre hijos (vivienda, cuidado, alimentos, régimen de comunicación) tienen que ver con sus derechos.
Las decisiones sobre patrimonio son acuerdos entre adultos.
Pueden incluirse en el convenio regulador, si hay acuerdo, o tratarse por separado.
Lo importante es no pasarlo por alto, para evitar conflictos más adelante.
5. ¿Cuándo conviene pedir asesoramiento?
Separarse implica decisiones legales que van a tener impacto en tu vida (y en la de tus hijos) durante años.
Por eso, aunque todo parezca tranquilo, siempre conviene tener una orientación legal para:
– Saber qué podés (y qué no) acordar de forma privada.
– Evitar consecuencias legales que no veías venir.
– Asegurarte de que el acuerdo proteja tus derechos y los de tus hijos/as.
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